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viernes, 28 de octubre de 2016

de nadie



El alma de febrero,
sus puñales
sus hadas.-
sus apuestas en las cartas de puño y letra,
todas sus vidas pasadas.-
Arrancándonos todo lo que perdimos, lo que no tuvimos ni lo que quisimos.

La mirada del verano que sin prudencia muestra su histeria en tu vientre, tus pechos,
el frenesí de las promesas y la luna.
Arrancándome un cada vez que toda tu mujer es.

No hay prisa en tu sonrisa.
No hay anden vacío.

Somos víctimas
Somos de nadie.

miércoles, 5 de octubre de 2016

una ventana



Dar tantas vueltas, es parte de todo ser, parte de su vanidad, de sus caídas y de todo lo que se va en ellas.
Ser de tantos lugares, sentir que el viento y lo que trae en parte, es cuestión de un ser que todo lo junta, si lo sabemos es por que lo sentimos por más minúscula sensación, por más pequeño latir de las células. En las flores, en las hojas, en los ojos llorosos de los niños, en la música hecha de escenas, inspirada en el silencio, sólo algo como eso, del ser que todo lo junta.

Su mar, su estar en la nada, suspensión del tiempo, parar, respirar, dormir sin cerrar los ojos. Cada pedazo de tiempo que se nos va volando sin parar, como gira el mundo en su eje, como gira el sol en un eje mayor, como todo va girando, cambiando y dejando atrás cada presente que se vuelve historia y que no vuelve.

El vapor de las aguas por el sol, el sol reflejado en las aguas, todo esta más allá que yo, que vos.

Mirábamos desde la ventana a la vida. Cada vez más. Ella nos va dejando y alejando.

Doy los pasos necesarios para salir, escaparme por completo. El miedo es la sal,
indivisible ser que todo lo junta

domingo, 21 de agosto de 2016

I

No cualquier persona puede ser el hidalgo. Dejar todo.
Todos podemos intentarlo, antes de levantarnos como Gergor Samsa.

viernes, 22 de julio de 2016

las piedras y las plazas



ta ta ta ta ta taaa ... ta ta ta taaaa

No se puede volver al tiempo atrás, decía durante el tarareo de aquella música. Era la musa, su musa.

Estaban tan desconectados de todo lo que uno tiene que desconectarse, stress, obligaciones, vida misma que deja de ser vida.- De alguna forma la ambición los había convertido y los había devuelto.

Cuando todo termina, hasta en el sol se siente el frío del vacío.


Uno solo.

Habían pensado en vivir lejos de todo vínculo con el pasado, el pasado que no muere en el paso del tiempo no es pasado. El pasado que es tan poderoso haciendo inventos diferentes, como la crecida del río, como la lluvia, como los corazones esperando, todo lo que se va, en algún ayer donde se dieron las manos, donde los ojos se volvieron a ver, donde cada pedazo es el paraíso que genera el calor de los cuerpos unidos, en esos fríos días, los días frente a la plaza, pasando el tiempo mirando el movimiento de gente anónima, con ella, con el, descubriendo secretos, deslizando los cabellos frescos sobre las ropas en el piso.-

Los rayos solares, calentando el suelo, el verde césped abrumado, cada viento hacía música, la savia de los árboles congelados, el ejercicio de rozar y morder, de besar y caer del uno al otro, hasta llegar a volver a empezar, la mística de lo indescifrable, de los pasos, de las sombras.

El ritmo y la conjunción, la verdad y todas las canciones que van quemándose, las manos en los bolsillos, como esperando un tren en el andén. Un perro viejo vagando con sus últimos pasos, mostrándonos en toda su mirada, enseñando que la libertad es una ventana abierta, aburrida mirándola de afuera, y la gente va paseando, con sus propias paranoias, sus propias metas caídas, cruzadas por copas que siempre van a romperse, desapareciendo todos los minutos sin amor, sin fuego, esa vista, esa verdad.

- Chiquita, decía el desde su interior. “el modo de ver las cosas cambia…”
- Lo sé.

Como todo el tiempo fue.
Como siempre.
Con todo.
Se fue.
Fin.

martes, 12 de julio de 2016

ANTES DE ELVIS NO EXISTÍA NADA.

J. LENNON.-

la corta vida de Unilino


UNILINO

MARZO del 37, 41 grados, noche interrumpida por el llanto de un niño. De nombre cristiano Unilino; si, no tuvo ni tendrá tocayos el pobre, nació ochomesino, casi sin pelos y con ojos rasjados y con la evidente aguileña nariz de la madre paraguaya. Unilino, un hombre y nombre con paradigmas propios desde el comienzo.-

Hijo de Lino Pratt y Lina Carmela Arroyo Cuenca. Unilino, hijo único. Fue un bebé callado, con fe en sus sueños, suave de piel y de rasgos, que en nuestro idioma paraguayo moderno lo llamamos "Gringo". Su padre ex combatiente de la guerra en los 30´s intentó infructosamente lograr un hijo, Lina Carmela Arroyo Cuenca, mujer de alguna alcurnia, los perdía año a año, inclusive durante la guerra, sin existir explicaciones ni macumbas que hayan podido digerir el problema. Unilino nació en el 9 embarazo de su madre, que murió de cólera a los pocos meses. Don Lino Pratt, serio y de pocas palabras intentó cumplir el rol de madre & padre. Unilino, qué se crió corriendo, siempre en silencio pensando y cantando por lo barrios asuncenos.

Don Pratt vivió unos años más, profesor de física de varias escuelas de mediado de siglo XX, cumplió con los roles paternos y maternos a cabalidad. Su familia fueron ellos dos, juntos y pintorescos. Don Lino Pratt Inclusive llego a contradecirse el mismo para que Unilino Pratt sienta esa dualidad madre/padre que todos los que hemos tenido la suerte de tenerlos hemos sentido.

Don Lino Pratt se levantaba y arropaba a Unilino, le enseñaba la cotidianeidad de la vida y fungía de cariñoso padre de noche. Unilino desarrolló una muy extraña habilidad. En la Asunción de los 40`s lo normal era jugar, correr y andar descalzo. Unilino podía jugar ese juego tan particular de correr al rededor de varias sillas y al apagar la música pelear por un lugar: "El que va villa pierde su silla" o cosas así decía, y no perdía una contienda por más que juegue con personas mayores a él, complots de hermanos, primos, otros participantes más fuertes y rápidos, además de los instruidos jugadores de ese pequeño deporte en esos años. Unilino dicen, no perdió un sólo juego hasta el día que murió Don Lino, el tenía 14 años. Nunca más jugó pero sí confesó que el secreto estaba en su conocimiento matemático de las posibilidades en base a al distancia que tenía el círculo de personas corriendo al son de un ritmo y los pasos o cantidad de pasos a su destino que era escoger una silla. Unilino desarrollo sin darse cuenta un sistema o algoritmo perfecto basado en la distancia y velocidad del recorrido sustentado en la cadencia del 4 x 4 o 6 x 8 según el ritmo. En Paraguay en esos años sólo existían canciones con esos cuadros rítmicos y los compases, con la distancia y velocidad crearon en el un "súper hombre" del juego de la silla. Los niños, padres, y familiares que disfrutaban los cumpleaños infantiles, reuniones de colegios, escuelas, fiestas tradicionales o ágapes de barrio quedaron admirados ya que el NO perdía. Se investigaron las causas, intentaron ganar con artimañas y arreglos, hasta amañando a los organizadores y administradores de la música y el juego. Unilino no perdió una sola vez y el éxito en países como el nuestro es casi imperdonable.

Unilino no tenía muchos amigos, los futbolistas, basketbolistas y hasta los privilegiados que podían jugar al tenis tenían amigos, creaban idolatría y eran seguidos por numerosas mujeres y sus nombres recordados en los barrios asuncenos. Unilino pasó malos momentos: El servicio obligatorio fue duro, ya que un hombre tan calculador y matemático mental por excelencia no intuía el sin sentido de la verticalidad militar, la obsecuencia y la obediencia por obligación. Nunca pudo entender ni cumplirla, sumado a que su nombre no era jamás bien pronunciado: "Undelino Prac" "Undecilo Par" "Unkilino Prast" etc etc etc. Esos años fueron duros, sumado a que los que conocieron de la guerra a su padre, lo tenían como "Febrerista" y eso, en los 40´s y 50´s significaba ser paría en una sociedad paria.

Así también pasó la secundaria, sin ser más que un notable matemático y filántropo se ahogó en los pocos libros de físicos y matemáticos, se dominaba las teorías físicas, teoremas, conjeturas y otros; hasta investigó aquellos códigos de antaño sobre la posible fórmula de la Alquimia. Unilino no salía mucho, pero no era considerado un ermitaño. Su apariencia de casi rojos cabellos, tez morena y ojos achinados claros, casi celestes con destellos de grises daban que hablar entre las mujeres, pero nunca pasaba de esto. Unilino no le encontraba el sentido al flirteo, ya que el enamoramiento no resistía sus teorías ni números.

Unilino de apoco descubrió la fórmula de la caña paraguaya y sus secretos. El elixir, el alcohol, la dulzura del embriado, y a los pocos días pudo desarrollar su propio brebaje autóctono, los que probaron dicen, era como beber un poema.

Unilino Pratt intentó escribir, luego de varios años de estudio de física, su adicción por la destilación de caña que lograron que fuese expulsado de la Universidad Nacional y sus libros sobre cálculos de impuestos, teorías físicas y otros sentenciados como subversivos por un grupo de abogados, hoy grandes especialistas del derecho y los tributos.

Unilino se pasó a la clandestinidad, previo paso por Investigaciones de la Policía, corte de pelo obligatorio y una que otra sacudida violenta por bruscos policías, dos días internado en el IPS y salió caminando con dificultad a buscar un nuevo sentido a la vida. Escribió unos libros de corte literal:
1) El amor en números: Una teoría que definía a que el amor no podría durar como sensación única ni menos de 4 minutos ni, en una pareja, más de 47 días. (34 libros vendidos) Hoy varios coleccionistas aún siguen buscando estos ejemplares perdidos.
2)Dicotomía del pago de pasaje sin impuesto: Libro de cuentos cortos que si bien se considera una continuación del anterior, explicaba con varias historias, como uno se enamora en los colectivos, se imagina una vida hermosa y sólo por pagar un pasaje que a la vez no contribuye tributariamente, entonces, basándose de esa analogía, comparaba el no pago impositivo de un servicio comunitario necesario y la posibilidad que el amor sea exactamente eso: un servicio sin impuestos necesario para la comunidad. (3 libros vendidos) el libro tuvo que ser retirado por considerarlo contrario a las leyes gubernamentales estatales y por su doble sentido en cuanto a las subvenciones estatales a empresarios afines al gobierno, el no rendimiento del valor real del servicio y la importancia de un ordenamiento demográfico. Este libro le valió una nueva entrada a IPS, esta vez sin tanta severidad. (se dice que había invitado a sus perseguidores varias botellas de cepas y destilaciones distintas del "Elixir")
3) El hoy y la compra de galleta: reflexión final de cómo un gran escritor debía dejar de ser escritor por que si bien la literatura es genial no le daba - a ese escritor - el influjo económico para la compra de alimentos, entre otras cosas. Unilino al fin se dio cuenta y comprobó la fatal teoría que tenía desde chico. El juego de la silla y la música es tal cual la vida. El que no elige y toma el asiento correcto, puede quedar fueran en un simple compás del silencio.

Unilino llegó a los cincuenta y cinco años, desprolijamente, pudo actuar en parte con oficios ocasionales, el cual la numeración meramente enunciativa puede ser resumida así: Carpintero, preparador de caballos, Chapista, Florero, Jardinero, Destilador, cañicultor, ayudando de obrero, obrero, jefe de obra, contratista de obra, cañicultor, jardinero y carpintero nuevamente. Pasó así una década, alejado de los cálculos, de los libros y de la música que identificaba notas y ritmos de puro oído. Unilino Pratt conoció al Marilina, una extraña coincidencia por una discusión en el mercado de abasto, cuando le habían pedido una reparación de una suerte de góndolas de verduras destinó a Unilino a terminar en los brazos de su amada. 47 años, ella 31 y una relación fugaz que regaló a los 9 meses a Lina. Unilino volvió a escribir, Marilina, ama de casa insistía a que su compañero dejase el arte por la labor con las maderas, Unilino decidió hacerlo no sin antes publicar la re edición su teoría: El amor en números /re edición: Un libro que si bien partía del mismo elemento científico, era esta vez abreviado en que el amor dura hasta que existe obligación de despertarse.

Unilino vivió un poco tiempo más con Marilina, que cansada de que NO se dispusiese más que solo por ocasiones a trabajar y sopeso, lo buen amante que era, contra un vida más acorde a lo que pretendía. Unilino, sabio, la dejó ir, por que el sabía que sus teorías eran infalibles.

Pasaron los días y hasta llegaron los años, Unilino conocido como buen señor de la esquina de la calle Dos, recibía la visita de su hija, y hasta a veces de la madre de su hija. Arreglaba muebles viejos, cocinaba fideos y vendía una suerte de caña por pedido expreso de sus clientes hasta que un día, Unilino olvidó quién era.

En esa inocencia de un adulto que no recuerda, que parece niño caminando con una mezcla entre la felicidad y desesperación, la ignorancia y desfachatez, bien vestido salió caminando para nunca más volver.

En mi barrio dicen que Unilino siguió la calle y bajó hacia los barrios bajos que dan a la orilla del río, siguiendo una música, persiguiendo alguna silla.

Unilino no pudo haber muerto dicen, por que la esperanza es lo último que muere.

Conversaciones con una Astuta Señorita.-

En los años 90, el mundo estaba terminando de ser mundo; empezaría poco después a ser el ermitaño paraje de los conocidos desconocidos, o más fácil: la era digital; y los seres que se comunican a travez de avatares, teléfonos, y escritores frustrados que comparten sus ideas a travez de una página ficticia.-


Hasta esos años, que nos fueron mejores -ni tampoco- peores, el hombre tenía que en cierta manera ser guapo y la mujer, demostrar su hermosura en la faena.-

No pensemos que -y que no suene pretencioso- todo tiempo pasado fue mejor, NUNCA, si bien todo pasa y todo pasará, el mundo es el instante y todo esta atado por hilos invisibles frágiles y tan frágiles que no se pueden romper cuando uno desea que se rompan, ni uno puede elegir cual romper o soltar, por que la sola actuación irracional o racional con o sin intención de partir los hilos, siempre creará una reacción en cadena impensada y por ende, nadie controla nada por más que todo esté atado por hilos frágiles.-

Si bien es cierto, el pequeño relato se ha desviado un tanto de lo indicado bien arriba, era preciso destacar en locuaz resumen el pensamiento anterior por más perecedero que sea, así que volvamos a lo nuestro.

Todo tuvo un comienzo con mi amigo Luis, desparpajado compositor errante y su irreductible intención de conquista lunar.-

La luna, cómo bien sabe el lector, es un elemento romántico por excelencia, cautiva en los pensamientos de los poetas y trovadores, así como en los detalles más sensuales de la religión de los impostores.- Eso si, no olvidemos que la La Luna es el símbolo de la noche -y de la soledad- por más que la acompañen en la estampa las estrellas.- Cualquiera que caiga a su atracción será poseedor de la impaciencia emocional, es decir, se enamorará casi por casualidad, sufría de espasmos al recordar miradas y cumplirá un rol dispar y si cabe la redundancia, cada uno de los perdidos perderá por favor contra el olvido.-

La primera oportunidad que tiene un hombre, casi nunca es tomada. El hombre analiza esa mirada con persuasión en en sintonía con una parte de su ego, es entonces cuando no sabe si animarse a encarar al destino o darle una oportunidad al devinir para que con sus artimañas vaya desarrollando una trama un poco más favorable que tener que demostrar la hombría con una sola mirada. Ahora bien, un gran hombre, sabe que esa oportunidad puede ser la única y aún así puede ser efímera. Luis lo sabía, luego de poder disfrutado de su primer gran amor luego de un encuentro de miradas en el aeropuerto de la ciudad de Oporto en la bella Portugal.-

Se enamoró de una mirada que hizo que pierda su vuelo de retorno a Paris, que se pierda en una persecución intentsa y luego de varios años, pierda así mismo el 50% de unas propiedades por la partición establecida en las sentencia del divorcio vincular, ahora, nadie por supuesto, le podría sacar lo bailado a Luis, que aprendió el portugués de Pessoa y quedó enamorado de los balcones coloniales de Lisboa, del vino dulce y de la piel de su hoy ex mujer.-

Luis, mi amigo me relató el encuentro que sin permiso lo intentaré relatar pasado al castellano de Cervantes.-

- Disculpa, me estoy dando cuento que te has dado cuenta que te estoy siguiendo, solo quiero decirte que no estoy loco.-
- Me he dado cuenta que me estabas siguiendo y yo si puedo estar loca, pero eso dependería de vos. Ahora.
- Por que "ahora"?
- Estamos en un aeropuerto y yo soy de acá tu seguro viajas y de la distancia ya no volveremos.
- Quería decirte algo parecido a todo esto que me estas diciendo, por eso te seguía.-
- Me imaginé que me dirías algo hermoso, como para intentar conquistar y tomar un avión a donde tu me digas...
- Lo hermoso de todo es que no puedo decir nada más hermoso que lo que estas diciendo.-
- Entonces parecería que yo fui la que te estaba siguiendo entre tanta gente pero sos vos el que venía caminando atrás mío
- y caminas rápido
- no quería decepcionarme
- yo tampoco, por eso te seguía hasta intentar alcanzarte...
- Te decepcionaste?
- lo haría si no me aceptarás que te invite un cafe o una copa de vino.
- Me gusta el oporto, pero me gustaría saber tu nombre y a donde te diriges?
- Luis, y a Paris...
- El vuelo esta embarcando..
- No quería decepcionarme
- Ahora siento mayor responsabilidad - dijo ella sonriendo-
- tu nombre?
- TE diré si no me decepcionó, pero me dicen Lala.
- Ok Lala, perder el vuelo es digno de ud.
- Espero que sea así, no será que en Paris te estén esperando.-
- Paris nos espera después de no decepcionarnos.
- Siempre nos decepcionaremos, pero me gustaría que sea dentro de muchos años.
- Vamos por la copa del oporto.

....





viernes, 27 de mayo de 2016

sin sinónimos


De cada uno, un "ustedes" agradecido sin sinónimos.
De cada flor, la cenicienta que a las 12 cambiará de color, salida de algún tango.

Su relojes de muñeca.
Sus muñecas buscando relojes.
El tiempo en sí mismo, diciendo a todos no.

Ahora:
La vida un salón decorado, un palco para los que miran y los de abajo con su convencida milonga privada.
Sin cortes de la luz del sol, la libertad seguirá bailando, tomados de la mano, mintiéndonos todos juntos, seguimos pasando.

Lo difícil es hacerlo lindo, bello y sublime. Escuchamos cada uno una música que como esta escrita se delata, creemos, para uno solo.
Un puñal nos matará a la sombra, bajo el concierto de estrellas y de la luna. La oscuridad de ella (la luna) es la venganza de las penas, almas blancas sin sentir los labios fríos de los cielos de nuestros octubres crespos.-

Mi madre es la madre de la ausencia del hombre andando sobre la crin, cabalgando sólo en la desatada bruma de invierno y al torso en el verano contagioso y callejero.

Nos ha gustado tanto el canto que los aplausos los sentimos propios, el agua templada en los ríos caudalosos y esa cadencia cortante de la zamba y la carga de la cicatriz del pasado sembrado en un estado de éxtasis mientras perdemos el susurro que pasa cada tanto, solo cada tanto hasta que deja de resistir, lo nuestro se hace un milagro o se deshace.-

Sin sentirnos nos pasamos.

El camino que en armonía va marcando el coraje del lamento, como lanzas antiguas en nuestros ojos conjurados donde se siente la cobija de la pena y del llanto llano del fin, las flores pierden su faz, su eternidad, todo en su espacio caduco que nos va olvidando.

Decime por Dios! - ¿quién soy?, ¿que somos que no comprendemos ningún brillo?.

Una guitarra y un amor, hacen mi noche, hacen mi vida que se termina con el comienzo de faena nueva.

Me cierro la puerta. Termina el compas.

No me falta lugar donde perderme, descripción en la comunicación de los seres despiertos, un nuevo día, lavados, sin canto, esperando que sus vidas vayan aclarando, que de trenzas sospechosas esas amarras se transformen en aves, en luces sobresalientes, en sentimientos idolatrados... que hagan arder la pasión, que los latidos se vayan sintiendo desde la sien hasta el lejano vientre fecundo.

Tengo la duda de sangrar muriendo al perderte. Morder toda tu mujer, te quiero mientras vayas viniendo.

De mi no quedará nada.

De uno, uno sin sinónimos.




viernes, 19 de febrero de 2016

Para marzo


En el 98 tenía 19 años.

Era el último día de febrero en San Diego, bien al sur de California.-
La lluvia en California es parte de un tesoro codiciado por sus valles, los ríos no son muy frecuentes y los campos son básicamente ondulados, bañadas las playas del Pacífico, aquel océano que todos añoramos sentir.-
Habíamos bebido vino, mucho quizas para un joven que no bebía mucho y para un suizo introvertido de nombre Mathew.

El suizo introvertido y su novia, de rasgos profundamente orientales, se reían educadamente, explicando la razón, de manera muy sigilosa- sólo se comunicaban en el idioma alemán- (nada más cosmopolita) pensaba en aquellos días. Mathew tenía la esperanza de subir a su Ford "fiesta" que había adquirido por 750 dólares y poder llegar, desde el sur de California, hasta San Francisco "o un poco más", un viaje de días o semanas, por la fabulosa costa de California y cruzar el puente del estado de oro.- Tenía 19 años, intentaba ingresar a una universidad o por lo menos que ese viaje, que ya tenía meses, me otorgue algún tipo de sabiduría que en Asunción, lejana y cercana, no podría siquiera soñar con adquirirla, al menos en el sentido de experiencia de vida. Era mi propia realidad, era enemigo de todo lo que fui o estaba dejando de ser, empezaba a ser mi dueño, mis venas ya no tenían la misma cordura, mi mirada veía el fondo, no tenía envidia, y no subestimaba a nadie.-

Mathew bebió más que yo aquella noche, vivíamos en la misma casa, rentando habitaciones a una señora llamada Bonnie, una Americana grande de dimensiones y una especie de "ex hippie". Tenía dos hijos de un padre nórdico que nunca conocieron. El hijo menor era mecánico y amante de las olas y la playa, la mayor, que no recuerdo el nombre, era muy alta, muy grande, y consumía varios tipos de sustancias que en Paraguay, y bajo la rigurosa disciplina de un país post dictadura, ni se oían nombrar; pese a esta cuestión que sonaría peyorativa, era muy agradable, simpática y ocurrente; por supuesto, tenía un grupo de amigas muy bellas. Dejaba de prejuzgar, si bien necesitamos de la gente, en ese momento me bastaba estar solo o con tan pocas personas que ni siquiera sabían bien quién era yo, ni pronunciar el país de donde provenía.-

Mathew me invitó al viaje, lo hizo con un gran poder de convencimiento, con mapas y presupuestos, lugares tentativos y la posibilidad de, animarmos y llegar hasta reservas, bosques y lugares de camping y por supuesto cruzar el puente y ver hasta donde nos animamos después, yo no tendría más de 400 dólares y una gran ilusión de conocer la experiencia completa, sólo salir a pasear me genereba un extasis único y sentir que pase el tiempo y la lluvia vaya abriendo esperanzas en mi juvenil pereza de lo inesperado; era una flor que se iba abriendo, el cosmos era el límite que me sugería clandestinidad.- Mentí un poco a mis padres sobre los estudios, en esos días uno se comunicaba por cartas vía faximil, no tenía correo electrónico activo, mucho menos ellos. Con un bolsón cargado de mudas y algun abrigo, salimos en el Ford Fiesta.

Pudimos ahorrar unos dólares más, cubrir los costos dividido tres y empezamos a develar las rutas, las luces intermitentes, los pájaros que vuelan siempre al costado del mar, los templos gigantes en cuidades y hasta el valle de Napa, más vinos, hermosura y unos paisajes indescriptibles que se iban repitiendo con sus diferencias; también vimos barrios donde se juega la vida, donde hay impulsos que cambian por segundos, la vida dolía y era hermosa, así es la desidia y así es la hermosura, extremas, culpables y antagonistas, vivía mirando sinestesias, metáforas y almorzaba con la brisa fresca que caía de las montañas.-

No pude aprender alemán ni ellos mucho de español, pero pude conocer lo que no conocería nunca, además de poder leer, durante el viaje, en mi habitáculo trasero del "Fiesta".- T.S. Elliot, Kerouac, Grinsberg, y otras cuestiones anglosajonas... "Que haremos siempre..." leí y se grabó en mí la frase de Elliot en algún día del viaje. Sentí que me hacía un pacto, yo mismo, que mi vida no tenga desenlace, que no pase nada y todo, sólo la búsqueda de la fantasía, consumir todo escape hasta la intoxicación de lo imposible. No podría explicar a cada uno de mis lectores el placer de viajar sin rumbo, sin tiempo y ligero, incluso de dinero.-

Nunca escribí de esto, ni mis padres en aquel momento, supieron que mis días de universitario se habían cambiado a los de un vago feliz. Ser vago, tiene sus niveles de pureza y asombro que no se logran sin la investidura de la libertad.-

Las primeras paradas Californianas recuerdo, fueron playas y lugares de 8 dólares la noche como mucho; Santa Bárbara, Santa Mónica y varias pequeñas ciudades con sus bellezas, el norte es quizás más bello en paisajes, poesía y canción pura desde los vidrios de mi ventana recorriendo las rutas, caminos y grandes avenidas. Empezábamos, nacíamos, y aún así teníamos el control de una hoja flotando en el viento.-

l- Nunca dejes de animarte a viajar, es sencillamente lo mejor de la vida.-

El movimiento de las cosas es superior, la velocidad con lo que todo se revela, ese dinamismo que no existe en el día día es el extasis y la misericordia de vivir, es la redención y la cadencia, como el jazz al funk y vice versa. Todo se va moviendo y nada a la vez. Sos vos, mirando un libro mientras el entorno gira, se distorciona en varios amaneceres y atardecers diferentes, en montes, plantaciones y cuidades, nada es nada y uno empieza a comprender su existencia, la razón de cada latido.-

Extrañar a personas que no recordabas, sentir las risas, el cariño de tus padres a quién ya no hablabas, viajar es el turismo que necesita nuestra calma en nuestra propia alma, mirar que el cielo y el suelo se van moviendo en direcciones contrarias es todo el viento que necesita la vida: Todo lo que intentemos es finalmente lo que seremos.-

Sentir que no todo esta, que no sonará un teléfono, que somos nadie en la nada hermosa y que el silencio de miles de ausencias retumba en la conciencia de la variación etérea del espacio y del tiempo.- No puedo referirme a nada más sublime que la costa del mar en movimiento mientras contemplan, el fin de la tiera, las estrellas y atestiguan los valles y sus montañas.

Tenía 19 años, bebía vino espumante barato sembrado en tierras ancestrales que las corporaciones iban vomitando sin entender su belleza.-

Me acostaba leyendo libros mientras sentía que el sol se iba calmando, me ocultaba de mi mismo y de varios otros vicios de la juventud, de la hipocresía de mi tierra pequeña, de la intención de ser lo que no sabemos, de nadar en aguas turbias siempre, por siempre se decidió nadar en ellas, como un carnaval en contramano, iba solicitando al tiempo se vualva lento.-

Era un día completo, despertamos cerca de un puente y un río que venía de la altura, desayunamos en una cafetería que además tenía una galería grande. Estabamos cerca de una reserva o parque y el alojamiento había sido excelente. Llegábamos sin poder sintetizar la alegría. Compré un libro de Cummings, mojado y usado, con la tapa con su foto. 1.5 dólares para leer cosas maravillosas.

Desayuamos huevos y pan, un jugo de frutos y decidí llamar a mi madre.-

Mirando el agua cristalina se apoderó de mí la propia añoranza del niño necesitando la paz materna.-
Quise decirle varias cosas, que la extrañaba, que la quería mucho y que sólo pnesaba en ella disfrutando de lo que me había regalado, la vida, la oportunidad de cantar estas historias y de encontrar el cambio mientras con toda su energía y perfección, como la misma fotosintesis en las plantas me curaba el cuerpo, muriendo y naciendo, todo lo que ella y yo fuimos, siempre seguirá siendo.- Pude hablar dos minutos por teléfono, le comenté que estaba bien, nos despedimos con un beso.-

"desde hace mucho mi corazón ha estado con el tuyo

cercado en el enredo de tus brazos hasta
una oscuridad donde nuevas lucen nacen y
crecen,

hace tiempo tu ánimo ha entrado en
mi beso como un extranjero

en las calles y colores de una ciudad-

que tal vez he olvidado
cómo, siempre (con
qué apresurada crudeza
de sangre y carne) Amor
acuña Su más gradual gesto,

y aguza vida a eternidad

- - después nuestras mitades separadas llegarán a ser museos
repletos de memorias bien colmadas"
Cummnings


El auto de mi amigo viajero no se detenía normalmente, salvo cuando nos perdíamos que era algo casi normal y necesario.
El temor a perder tiempo no existía, por que cuando uno realmente vive el día no sabe cuando será de noche, ni le importa. No importaba el clima, el calor, la lluvia ni la nieve, lo importante era la cantidad de combustible y el agua en el radiador del motor golpeado del Ford.-

No era cómodo y era a la vez el mejor diván del mundo. El sublime éter, la civilización y el misterio de los dioses no podrán contemplar nada mejor que alejarse. Alejarse es el valentía de volver, por que ir, viajar y escapar es realmente el comienzo del encuentro.-

Estábamos por algún día de marzo, mi bolso, mis ropas y libros, un disco para un auto y una cantidad de controversias hermosas.-

No podía dejar de pensar, mi mente hasta durmiendo se deleitaba en el debate de la circunstancia, ni los generales antiguos tenían tan incrusijada la conquista del devenir, por que todo el momento estaba cambiando, girando, moviéndose todo con la justeza implacable de la perfección del susurro del tiempo que corre como un río adentro de uno mismo. Mis ojos, como los días eran brillantes diamantes traslucídos, en la diáfana calma de los sucesos del paisaje, de la comprensión del ocaso al nacimiento.
Nada mejor que quedarme a mirar los cambios, las figuras, las estepas y los cerros; el mar con su poderío inmenso reflejando arrogante al cielo. Cuantas veces fuimos cautivos de uds, cielo y mar, aire y humedad! siempre seremos los feligreses de sus discursos visuales.

Miraba atrás para entender mis errores, eran tantos que convulsionaban todos juntos y explotaban hasta desaparecer en un destello como un as de luz que se desvanecían indemne.

Sentir la calma y el silencio, como el frío viento del norte, como el refrescante rocío de la noche.

2 Hay que parar, alejarse para poder entender.

En la playa, a los ya varios días de viaje, habíamos cenado ostras, bebímos ron y caí dormido la madera de unos cuartos que se alquilaban por día, crujían y desperté antes del amanecer, miré mi cama al lado, mi ser desplomado en la entrada, la puerta abierta y el mar perfecto pariendo al sol en sus inicios, sentía el llanto de alegría del nuevo día, el abrir de los ojos y el dolor de mi resaca encubierta en la paz de la maravilla de creación simultánea, sentí que nacía de nuevo, era marzo, hacía frío y no tenía sensiblidad por lo absorto, lo atónito de ver la mar sumergirse en si misma para el comienzo de lo que no tiene final.-

Desperté bebí agua y me senté a varios metros adentro en la arena que intenta escapar de las espumas marinas, escuchaba las pequeñas olas, y no había otro sonido que el de la vida. Me levanté extendí mis manos, busqué con la mirada inútilmente a mis amigos, no recordaba muy bien nada, salvo el dolor del estómago por las otras y el ron en mi cabeza. Eran las primeras horas de algún día en los confines del norte californiano, sabía que significaba paz, sentía una responsabilidad enorme de entenderla y por primera vez consumir a la calma, el camino de la consumación hacia la felicidad. Le robábamos tiempo a cualquier muerte.-




Las otras nunca estuvieron en el presupuesto, pero sentir el gusto del mar no tiene precio. Me había levantado con el sol puesto, se veía a la primavera que iba asomando, el clima fresco me recordaba el invierno del centro sudamericano, consideré a lo alfonsina ingresar al mar, sentí la seducción de solo ir, sin miedo a la represalias al destino y al asalto de la vida; sabía que no iba morir, por que mi ofrenda era sentir el frío de las aguas. Mojé mis pies hasta las rodillas, fue más que un instante, el lugar era sincero, nada fuera de lugar.

Con el correr de los días, uno busca que la represión interna se vaya con el tiempo, es un ejercicio, ingresar a lo profundo de la desesperación, de las contradicciones, de las desesperadas situaciones que con estupor van muriendo sin esperar la resurrección. Aquel hombre del camino comprende el entorno como pasajero y como la cura a todo lo que gritaba en silencio.

Forajidos en el tiempo y perdidos cerca de lugar denominado "Pescadero" fijamos domicilio en una casa de imigrantes mejicanos que conocímos antes, Sábado de lluvia con comida caliente y baño de agua tibia, caridad del hermano, samaritanos sin documentación ni cuentas corrientes, empleados de pesqueros que nos mostraron la naturaleza pródiga del humano y también la mano del hombre cómo busca el yugo a los propios hijos latinoamericanos.-

La conquista tiene sus raíces involutivas en California, la fiebre del oro y los desarrolladores de riquiezas han sido proscriptos por que esos parques gigantes aún preservan la escencia; te roban cualquier suspiro y hacen que el futuro sea una estupidez; no se si podrán destruir el legado de los milenios de respeto al ambiente que ahí se siente su urgencia y el susto.

Los senderos, árboles gigantes y la vida salvaje perfecta, las noches con el frío, matar la ansiedad con el fuego de la leña, el sentido y el cenit del aire libre, la oficina más feliz del orbe; la reserva que regada de ríos termina en el mar, el olor a la tierra y los frutos dulces, el frío primaveral del norte, no podría juzgar mejor a la belleza apaciguada en el paso del tiempo.-

Mis ojos no podían con el misterio, con lo aturdido de la fascinación, buscaba entender en cada noche la mezquinidad de todas las vidas. Pude ver sombras y crueldad en el análisis, sólo entender que reir es aveces como hablar a un espejo. Subimos al auto, nos dirijimos a San Francisco.

Para todos, ese día, el viaje había recién empezado.