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martes, 12 de julio de 2016

Conversaciones con una Astuta Señorita.-

En los años 90, el mundo estaba terminando de ser mundo; empezaría poco después a ser el ermitaño paraje de los conocidos desconocidos, o más fácil: la era digital; y los seres que se comunican a travez de avatares, teléfonos, y escritores frustrados que comparten sus ideas a travez de una página ficticia.-


Hasta esos años, que nos fueron mejores -ni tampoco- peores, el hombre tenía que en cierta manera ser guapo y la mujer, demostrar su hermosura en la faena.-

No pensemos que -y que no suene pretencioso- todo tiempo pasado fue mejor, NUNCA, si bien todo pasa y todo pasará, el mundo es el instante y todo esta atado por hilos invisibles frágiles y tan frágiles que no se pueden romper cuando uno desea que se rompan, ni uno puede elegir cual romper o soltar, por que la sola actuación irracional o racional con o sin intención de partir los hilos, siempre creará una reacción en cadena impensada y por ende, nadie controla nada por más que todo esté atado por hilos frágiles.-

Si bien es cierto, el pequeño relato se ha desviado un tanto de lo indicado bien arriba, era preciso destacar en locuaz resumen el pensamiento anterior por más perecedero que sea, así que volvamos a lo nuestro.

Todo tuvo un comienzo con mi amigo Luis, desparpajado compositor errante y su irreductible intención de conquista lunar.-

La luna, cómo bien sabe el lector, es un elemento romántico por excelencia, cautiva en los pensamientos de los poetas y trovadores, así como en los detalles más sensuales de la religión de los impostores.- Eso si, no olvidemos que la La Luna es el símbolo de la noche -y de la soledad- por más que la acompañen en la estampa las estrellas.- Cualquiera que caiga a su atracción será poseedor de la impaciencia emocional, es decir, se enamorará casi por casualidad, sufría de espasmos al recordar miradas y cumplirá un rol dispar y si cabe la redundancia, cada uno de los perdidos perderá por favor contra el olvido.-

La primera oportunidad que tiene un hombre, casi nunca es tomada. El hombre analiza esa mirada con persuasión en en sintonía con una parte de su ego, es entonces cuando no sabe si animarse a encarar al destino o darle una oportunidad al devinir para que con sus artimañas vaya desarrollando una trama un poco más favorable que tener que demostrar la hombría con una sola mirada. Ahora bien, un gran hombre, sabe que esa oportunidad puede ser la única y aún así puede ser efímera. Luis lo sabía, luego de poder disfrutado de su primer gran amor luego de un encuentro de miradas en el aeropuerto de la ciudad de Oporto en la bella Portugal.-

Se enamoró de una mirada que hizo que pierda su vuelo de retorno a Paris, que se pierda en una persecución intentsa y luego de varios años, pierda así mismo el 50% de unas propiedades por la partición establecida en las sentencia del divorcio vincular, ahora, nadie por supuesto, le podría sacar lo bailado a Luis, que aprendió el portugués de Pessoa y quedó enamorado de los balcones coloniales de Lisboa, del vino dulce y de la piel de su hoy ex mujer.-

Luis, mi amigo me relató el encuentro que sin permiso lo intentaré relatar pasado al castellano de Cervantes.-

- Disculpa, me estoy dando cuento que te has dado cuenta que te estoy siguiendo, solo quiero decirte que no estoy loco.-
- Me he dado cuenta que me estabas siguiendo y yo si puedo estar loca, pero eso dependería de vos. Ahora.
- Por que "ahora"?
- Estamos en un aeropuerto y yo soy de acá tu seguro viajas y de la distancia ya no volveremos.
- Quería decirte algo parecido a todo esto que me estas diciendo, por eso te seguía.-
- Me imaginé que me dirías algo hermoso, como para intentar conquistar y tomar un avión a donde tu me digas...
- Lo hermoso de todo es que no puedo decir nada más hermoso que lo que estas diciendo.-
- Entonces parecería que yo fui la que te estaba siguiendo entre tanta gente pero sos vos el que venía caminando atrás mío
- y caminas rápido
- no quería decepcionarme
- yo tampoco, por eso te seguía hasta intentar alcanzarte...
- Te decepcionaste?
- lo haría si no me aceptarás que te invite un cafe o una copa de vino.
- Me gusta el oporto, pero me gustaría saber tu nombre y a donde te diriges?
- Luis, y a Paris...
- El vuelo esta embarcando..
- No quería decepcionarme
- Ahora siento mayor responsabilidad - dijo ella sonriendo-
- tu nombre?
- TE diré si no me decepcionó, pero me dicen Lala.
- Ok Lala, perder el vuelo es digno de ud.
- Espero que sea así, no será que en Paris te estén esperando.-
- Paris nos espera después de no decepcionarnos.
- Siempre nos decepcionaremos, pero me gustaría que sea dentro de muchos años.
- Vamos por la copa del oporto.

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