Buscar

vistas

sábado, 26 de octubre de 2013

Ir al Sur.

se necesita del caos de uno mismo para dar nacimiento a una estrella danzante ÷


Pudieron ser mas alegres, o sea, de poder es factible casi todo.-

De sombras que ya no están, se va forjando el hombre, el hombre que va necesitando mas a medida que las cosas son menos importantes.-

Una luz, debajo de otra vida sentimental, un comienzo nuevo que se va manifestando, cual sinfonía, como fin del propio dolor.-

No hay emoción mejor que la apertura del telón.

Habían contradicciones que lograron conquistarlos: Eran como esos seres criminales incluso al mirarlos al espejo. Estaban quemados de tanto estallar, la vida no vale nada si uno no patea el tablero.

Si bien, donde estaban - como parte existencial - no lo sabían. La sensualidad de los días, la filosofía ruin del odio, luego del amor, un paso más y del sin sabor, todo lo imperfecto, el sueño, el anhelo, el quizás que nunca llegará... pero vivimos todos día a día por ello.-

El golpe de la realidad se parte con la ilusión, y la ilusión cae desecha con las realidades.

Buen Dia, o tardes ... dijo Pablo a los dos amigos en forma lírica

Juan, Pablo y ella, un café del centro de la ciudad frío.

Caminaban juntos, ella de puntas de pies, casi sigilosamente esquivando los charcos que dejaba la lluvia del Olimpo, esa que se esconde en otoño para salirse a pleno en invierno.

Ella amaba a las rosas y el aroma de silvestres flores, Juan estudiaba historia, Pablo sólo creía en el día a día y hacía lo que podía con tal de no hacer nada igual.

Escondieron su vida en el ir y venir y pensando. Pablo sólo vivía para recuperarse de amores y resacas. Juan solo quería sus libros y la cerveza ocasional, ella no sólo era hermosa, si no su belleza era tan sutil que pasaba desapercibida a los ojos genéricos.-

El collage de graffitis en la ciudad del Paraná la enemistaba con el mundo, solía quedarse horas mirando cada vez que podía escapar del tiempo y sobre todo cuando no podía. Su mirada de actriz, su extraño pulsar y corazón, nada era complicado para ella, como en realidad debería serlo todo, sobre todo la libertad.-

Su vida era gratitud, un cuento de barrio, sin lobos, ni malvados que hayan podido siquiera ser sus antagonistas. Ella, siempre fue ella y eso hizo que todo valga la pena.

Juan solía viajar, siempre amó hacerlo a la manera Sudamericana por sobre todo. Una habitación compartida en algún hostal, una mochila y algún compañero impreso. Pablo amaba el piano pero había vendido el único que tuvo, herencia de algún patriarca familiar de antaño. Siempre para él fue todo demasiado tarde, pero también consideraba a la escena como un circo. Querían como jóvenes cambiar el mundo, empezando como se debe, por cada uno.

El mundo logró cambiar sólo por la violencia, que siempre llega.

"La idoneidad del poeta es discutible siempre, hasta que sus versos conmuevan", decía Juan, Ella consideraba a esa frase como un lema de vida, para todo, como el juego en la vida, donde terminan y comienzan de nuevo los enredos.

Ella permitió salir de su ser a toda señal triste, que no es fácil lograrlo.

El martes 17 de octubre fueron los tres. Colectivo removido, un viaje a Pilar, Paraguay, cerca del encuentro de los ríos enemigos. El viaje es salir, es vivir, es corazón de la razón: El alma para los creyentes de las escrituras.

En Pilar, del sur cada uno encontró su paz, en la ciudad alguna vez combativa, miraron sus ojos, sentados exhaustos en la plaza cercana al río. Salían chicos de algún colegio, el cielo azul, con la luna asomada, esos días que comprenden hasta a los que lloran por nada.

El encuentro de miradas en medio de la paz a cada uno dejó una razón, el humo de algún tipo de tabaco confundía la alegría del país con las de ellos. Nada estaba de más-

El viaje duró esa mirada y para siempre, el rato o espacio interminable de un comienzo. Ella riendo pudo al fin besar a Juan, Juan pudo al fin olvidar por nunca besó a ella, Pablo recordó mirando al río, los juncos y las praderas que el mundo que uno crea es, en definitiva el único mundo real.


÷Nietzche

No hay comentarios: