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jueves, 12 de febrero de 2015

viajar.-

1

Viajar es caminar descalzo, sentir la arena, la frescura, la naturaleza que nunca se anega.-
Ver las casas sus techos de colores, recorrer los senderos, pastizales, maizales y forrajes antiguos en el fin de las ciudades.- Las calles mojadas, las rutas interminables, el fin de cada frontera para el inicio de lo que no termina.

El tren que carga mi liviana alma, va de inoportuno en la figura, casas distantes, ruego de almas solitarias que germinan de nuevo en el sur de la Germania antigua.-

Cipreses, pinos, trigo y uva, malta en la sangre y cebada con agua de los cielos de hielo en mi boca. Viajar es sentir el aire distinto de un follaje nuevo en la vorágine que nos toque.

No hay tristeza en la despedida del viaje, por que empezar es una página en blanco que quiere ser escrita en alguna ciudad sorpresa, secreta con sus modales, sus tertulias, su forma nocturna y su maquillaje diurno.

Viajar es sentir el viento.

2

Hay una sola verdad: Terminar es comenzar de nuevo.-

3

En un camino se puede abrir los ojos, esos que siempre están cerrados por que no hay tiempo, no hay que ver o mirar. Siempre al andar por el camino uno puede empezar a abrir los ojos.-

Si tuviese una moraleja que dar a mi futuro, sería esa: Abrí los ojos.

4

Estuve en la cima de la nieva donde el frió se burla de la pampa húmeda y casi se pierde el cielo herido por las puntas de las piedras. Estuve con la suerte de tener los ojos abiertos en ese tiempo misericordioso. Allí donde existen hasta los Dioses paganos y el ateo se envuelve en la fe, ahí siempre uno puede entender al sentido de su vida. En la cima siente el hombre la insignificancia de las fascinaciones estériles, de los ataques cardiacos por el agobio, el ruido de las llamadas telefónicas, las cuentas a cobrar y los intereses pagados para poder ser un profesional de una materia para luego cobrar intereses a otros.- En la cima el abolengo se amaina ante la culpa disfrazada en la calma del viento frío a bajo Celsius. La cima es para algunos que piensan como yo, en los que piensan en nada.-

5

Estuve en el llano plagado de máquinas que destruyeron lo inmemorial, pasé gateando al calor del verano húmedo y bebí el agua de los manantiales subterráneos que se escapan del veneno plástico que produce el desarrollo.- Estuve en la estepa blanca que luego fue gris, vi caer a los Lapachos y las Palmas gemelas, volar a los pájaros dejando su nido. Vi la tierra roja del Paraná manchada con fuego. Estuve en el llano tantas veces que todo esto es tan normal que lo fatídico se festeja, se ilumina con determinación y se distribuye en las mentes sumisas pero productivas durante unas décadas hasta caer en sus lechos jubilados, solos, desvariantes mentes que se olvidaron del ser por el tener. Ellos que no abrieron los ojos, los empiezan a abrir en los últimos suspiros, por que le temen al fin, a las despedidas, a los viajes y al último. El que no viaja compañero, no entiende al vació.-

Fin.

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