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miércoles, 4 de diciembre de 2013

ELLA y EL en cualquier diciembre


Había transitado en las teorías de las exégesis extremas de interpretación del destino. Habría hasta trabajado con tratadistas del devenir. A EL, estas historias, por EL mismo de protagonista, le alteraban el estilo narrativo de su propia vida y eso a cualquiera preocupa.-

EL, amante del cálculo de los pasos, sabía, por la simple lectura de unas conversaciones hermosas, que ella gustaba de las melodías del bandoneón. Cosa rara, Paraguay, Asunción y los años 2000s. La cuyuntura, cual agua que baja sus temperaturas rompe la más sólida roca. Ella estaba ahí, sin estar con él, eso afectaba su caos de manera excelsa.

Del tango de Canaro, hasta el más melodioso de los hijos de Piazzola, él se conocía el Tango. Paraguayo con un abuelo argentino y del lado materno, abuela brasileña, la sinestesia es pura costumbre en la sangre. El candombe y la polca, emérito lector, hacen un mismo tiempo, de ellos nace la guarania hermana de la zamba de la esperanza.

Los azahares del verano, noviembre y diciembre: meses que se mueven siempre sinuosos al respeto y adictos a los excesos. Ellos dos, ambos y uno al otro, de los aromas de la bahía cruzaban alguna mirada que no era nunca un síntoma, si no más bien un anagrama de palabras muy difícil de empezar a descifrarlas. La música cada vez menos música en el sistema, tenía un estandarte en algunos bares, esos bares que hacen que las copas sean más ricas, donde los amigos son con más abrazos y muchos llantos más se convierten en hermanos de la improvisación. Esos lugares donde la telúrica cadencia de nuestro planeta, no envidia a nadie semejante en toda la infinidad.

El contacto verbal es clave en las relaciones: Es, digamos, el comienzo de un discurso, que luego se convertiría en el capítulo 1 de toda una vida, que larga o corta, definitivamente terminaría. El sabía que terminaría escribiendo, y ella, probablemente esté cansada de alguna vez haberlo leído. Es importante descubrir que el tiempo se acaba muchachos, pero más importante es entender que hay que disfrutarlo, hay que discutirlo, hay que romperlo.

Pancho Canaro, uruguayo de nacimiento, dirigió orquestas, a músicos y trovadores que hoy no pueden ser comparados. Sus músicas, arreglos y composiciones pueden desgarrar el ácido del rostro de todo ser. Pancho, querido Pancho Canaro!, fue motivo de conversaciones entre ellos, sin muchas palabras pero con insinuaciones placenteras. Hay un sólo gusto al hablar del gran Canaro, un sólo adjetivo, quizás dos, y ellos, genialmente conectados, lo sabían.

Están esas cosas que uno en verdad no puede explicar. Son pocas. Una es el encuentro, otra es sin duda, la conexión de dos almas.

La década con más decadencia es la que estaban leyendo en sus vidas: Relaciones por internet, infidelidades digitales, asesinatos ideológicos por espacios publicitarios. Sí, el mundo, el orbe, la civilización, había concluido. ¿Cómo explicar?.

El, ni muy obsecuente ni muy serio, gran hombre de apertura liberal sin ser tendencioso, de risa amplia y de cabellos oscuros. Ella, la mujer indescifrable, indecible, diáfana y profana, con la ternura de la flor en Olimpo

El estúpido latir de los conventillos, de las catástrofes anunciadas en la agonía social, el vino rancio, cortado de los amores coloquiales. Eso, y la anunciada derrota de las horas atrás de la nada.

El comenzó a callar sus melodías, la relación epistolar en estos momentos de la evolución del hombre, sólo genera confusión y algún que otro hijo no deseado. Pero, sepa usted, que el equinoccio sólo se produce con la conjunción perfecta de los astros, y eso, señores, no pasa por simple casualidad.

Ella y El, tendremos que entender, cada uno cantando su melodía mentales fue por las calles. ¿Por qué?, y eso que nos quedó claro a todos que: es un soplo la vida...

La canción de la vida, siempre tendrá una coda, cada uno tendrá su solo, su momento.

La de ellos fue Tango.-


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